temas desastrosos a parte, llegamos al rio en torno a las 10 de la mañana y se observa alguna cebada esporádica pero no es hasta bien entrado el medio día cuan nos hacemos con las primeras capturas.
los peces que se cebaban, o los pocos que lo hacían eran de buen porte pero no lo hacían muy de seguido.
Espantado un pez; o troncho podríamos decir porque vaya cacharro; de la orilla, nos aposentamos en una tabla profunda tras observar alguna que otra trucha. tras unos pocos lances, no tardamos en hacernos con alguna que otra captura y subida a por nuestra mosca.
Después de alguna captura mas comimos y nos movimos de sitio dada la ausencia de cebadas tras el medio día. En el segundo destino tampoco fuimos agraciados los pescadores a mosca seca, pero Juan Angel clavo con una ninfa y mucho sigilo un pez de los que te dejan el brazo bien calentito para toda la tarde y parte de la noche. en la foto no parece muy grande pero era un pez de unos 2 kgs de peso, en medio de una chorrera, con el rio un poco alto y metiéndose contra las ramas de un pequeño fresno. En fin un día para el recuerdo tanto por el tamaño de los peces que dieron la cara, como por el griterío que preparo el Juan Angel.
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